Hoy 14 de junio del 2010, recordamos con mucha vergüenza a los expedicionarios del 14 de junio de 1959. Que rabia ver al presidente entonar el himno de los combatientes heroicos, que dieron la vida para vencer esos tiranos, (Balaguer, Jorge Blanco, Hipólito Mejía, Leonel Fernández) empezando por Rafael Trujillo.
¿Quiénes son los que han asumido los ideales HOY, del movimiento revolucionario 14 de junio?
¿Acaso podemos decir que el presidente Leonel Fernández, representa en el ejercicio del poder los ideales del 14 de junio?
Oh Dios de la vida, hemos perdido el horizonte, hemos claudicado y todo nos parece igual.
Como podemos nosotros recordar a los expedicionarios del 14 de junio, si cualquier maleante que este en el poder, puede inaugurar un momentos, a sus memorias. Con las sangres del oprobio en las manos, con las manos llenas del dinero de los que compraron las riquezas que aún nos quedan; la BARRICK GOLD.
Creemos algunos entre los que así lo creo yo. Que su sangre derramada no fue en vano. Que aunque nuestras vidas, no se consume por el ideal que ustedes nos prepusieron, vivieron y murieron, seguimos cabalgando en pos del mismo. No sabemos a ciencia cierta si lograremos realizarlo, pero aquí estamos creyendo que se puede.
Eso sí, pensábamos que jamás volvería el Trujillato a gobernar nuestra Patria. Desapareció Trujillo, no así sus maldades, sus lacayos, sus súbditos, sus seguidores. Hoy vivimos una tiranía moderna, camuflada de “democracia“. Sin embargo, vendida a las transnacionales, a los imperios Yanqui y Europeo. Amarrada y atada a los traficantes de drogas. Deshumanizada y deshumanizadora.
El pueblo ha perdido la esperanza y como lagartija hambrienta, vive detrás del bono, la tarjeta, la funda. Hemos llegado al extremo, todo da igual, todo es permitido. Lo único que no es permitido, es querer vivir los ideales que ustedes nos enseñaron, querer que los dominicanos(as) vivamos con dignidad y decoro, es una violación, una falta; porque con ello se cuestiona sus riquezas, sustentada por el hambre y la miseria que vive el pueblo.
No sabemos si llegaremos, si nos mantendremos en el camino, que haga posible el gobierno que asuma los sueños que bajo su hombro y el fusil trajeron consigo.
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