martes, 9 de noviembre de 2010

Los apologistas de Trujillo quieren ahora un museo

Un miembro de la Cámara de Diputados de la República Dominicana quiere que el Congreso Nacional vote una Ley para crear en la República Dominicana un museo al tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina. Genial. Este es un país especial donde sobra todo. Cualesquiera piensa que este país es autosuficiente.

Ese caballero llega al congreso con un capricho o un mandato, con la intención deliberada de que los dominicanos le paguemos un sueldo de ultra lujo, le asignemos recursos para “ayudar” a su pueblo, le paguemos para que asista a las sesiones, le otorguemos exoneraciones y oficina cómoda, le asignemos chofer y viático…..todo eso para que el proponga una ley que obligue al Estado dominicano que especialice fondos de los contribuyentes para construir un museo a Trujillo. 

Pocas personas respetables apoyan esa iniciativa al menos de manera abierta. Los que no se ruborizan al defender la iniciativa Levin, hablan de las bondades del régimen. Esas bondades han sido registradas en los libros de historias, y si alguien ignora esas bondades, me gustaría que me convenciera cómo un museo facilitaría que los ignorantes se interesen en ampliar su visión ideo-política de ese segmento de la historia dominicano, cuyas repercusiones aun no terminan.

Miles de hombres y mujeres  sacrificaron vidas y bienes por la independencia de la República Dominicana y carecen de museos. A los Padres de la Patria generalmente no se lo tienen como Paradigmas, otros prohombres son anónimos. Ni siquiera una calle lleva su nombre. Sin embargo, dos o tres carajos quieren que los dominicanos especialicemos recursos para construir un museo a Trujillo.
Las personas que así lo desean pueden construir con sus recursos su museo. Los familiares de Trujillo pueden construir un museo, los trujillistas pueden construir su museo. Quienes no sufrieron los rigores del régimen consideran que los familiares de Trujillo son decentes y sensatos, quienes los adversan son indecentes e irracionales.
Fomentar la publicación de Capitalismo y Dictadura o la Era de Trujillo, en ediciones populares, creo es una iniciativa más decente. ¿Cuántas personas visitan el museo de historia y geografía o el museo del hombre en la plaza de la cultura? Creo que no más que las que tienen las competencias de leer y hasta de escribir.

Los farsantes y camuflados nos quieren hacer creer que el trujillismo fue un evento cuyo único responsable fue Trujillo y su familia. El trujillismo constituyó un régimen con estructuras política, económica, social e ideológicamente  visibles, que por desgracia sus principales asociados o coligados y sus intelectuales orgánico encontraron un salvoconducto en un juego de impunidad que ellos mismos fabricaron. 

Confieso que soy parcial y muy subjetivo, porque soy antitrujillista. Pero no soporto a los “analistas imparciales”, que invocando su “objetividad” nos quieren hacer creer que lo que el pueblo dominicano tiene que hacer es un museo y un mausoleo a Trujillo como una manera de reconstruir la memoria colectiva y convertir a San Cristóbal en un atractivo turístico.

Lo que ha escrito es al parecer de los apologistas una distorsión de los hechos, se necesita un museo para que la gente conozca que Trujillo creó la moneda nacional, el Banco Central, el Banco Agrícola, el Banco de Reservas, la Feria de la Paz y el Mundo Libre, la Corporación Eléctrica, etc. eso hay que resaltarlo en el museo, la sangre derramada parece en su opinión el resultado de daños colaterales.

Me hubiera gustado que un museo se pudiera exhibir la Red del trujillismo, porque así algunos adláteres del régimen taparan su hipocresía con el silencio.

El museo debe ser para las víctimas, jamás para los victimarios. Debemos inclinarnos reverente ante Jesús, jamás ante Judas, antes Pilatos o antes Roma.

A Trujillo lo que hay que hacer es esperar su resurrección para matarlo de nuevo.

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