jueves, 24 de marzo de 2011

Canción de Cuna bajo un Palmar


Por: Manuel Rafo Cordero
El activismo político del siglo XIX dominicano estuvo lleno de situaciones ocultas, manejadas por intereses  entreguistas. Casi todo lo que hicieron esos es narrado bajo la denominación de historia patria. Pero surge la cuestión ¿Cuál patria?

Ni los  patriotas percibieron inicialmente  de lo que se trataba todo el zafarrancho de la guerra con  Haití. El método de romper la historia en periodos, en el caso de aquí  realizado con mala intención, lanzó sombras oscuras a todo. Las iniciativas  para dar   continuidad a las acciones en pos de soberanía para las islas fueron ocultadas, atribuyendo a los líderes haitianos unas intenciones imperialistas sin fundamento demostrable.
No se explica donde queda la metodología, donde está la lógica, donde están los documentos, que no sean las versiones dadas por los anti abolicionistas europeos contra Haití y los dominicanos que los apoyaban.
¿Cómo fue posible  historiar a partir de un manojo de memorias y opiniones procedentes de gente que se comprometió con la anexión?. Fácil, a través de los diversos grupos que como los de hoy día,  veían con buenos ojos la anexión a cualquier potencia.
Ayer, esa era la única forma posible de colocar productos como carne salada y pieles, tabaco, madera y otras mercaderías en mercados seguros. Hoy sin dudas el interés aparte  de eso es posicionar la imagen personal servil. Se persigue más que el interés nacional, obtener fondos y recursos para proyectos personales, elogios y títulos honoris causa de universidades localizadas en las metrópolis imperiales. 
Decía en un artículo anterior, que a escasos tres años de la independencia de 1865, los mismos que hicieron a Capotillo emprenden un nuevo intento anexionista, con Buenaventura Báez a la cabeza.  Ese grupo de militares que  hoy aparecen en la historia con prestigio patriótico, son Santiago Rodríguez, Benito Monción y muchos más. Inexplicable o tal vez explicable.
Esos paladines dibujaron en el suelo nacional, una trayectoria social que nos define. Un día estaban con una causa y al siguiente apoyaban otra.
Se necesitaba tener crónicas históricas, el país debía tener fechas que celebrar. Eso hicieron los que derrotaron el proyecto antillanista en el que estaban involucrados Betances, Hostos, Luperón y Martí, Maceo, Gómez, Gefrard, Saget y muchos no conocidos hoy día.
Finalmente se alzaron con un tipo de  poder que no es el de los oropeles palaciegos ni el aura congresional, era otro, de fuerza histórica formidable, controlar las mentes a voluntad.
Quienes  eran parte del proyecto pro anexionista en el Caribe sentaron las bases para lo que abría de ser el presente nuestro. Gentes como Buenaventura Báez, Pedro Santana aquí, en Puerto Rico y Cuba nativos de esas islas y dominicanos españolizados  residentes allí, en Haití Silvain Salnave y otros.
Mesclaron los hechos acaecidos, buenos y malos, con personajes malos unidos a los buenos. El resultado final fue esta cosa que no parece tener pies ni cabezas. 
No crearon otra cosa que propaganda, una cantidad inmensa de recursos gastados para hacer creer que el estado de entonces era lo que no podía ser. 

Y a ti, Compadre Mon, que te encontré una tarde haciendo el hoyo puro del futuro cadáver de tu cuerpo…..el maíz no lo sabe, ni el trueno, ni el agua. Pero tú estás en el maíz del niño, que piensa crecer mucho y tener tu tamaño, y tener un caballo como el tuyo que entró en la historia a fuerza de ser patria. (Compadre Mon, Manuel Del Cabral).
El autor es dajabonero.

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