La iglesia Católica criticó la delincuencia, el crimen, la corrupción, el tráfico en la Justicia, la violación de las leyes, el narcotráfico, la especulación, la trata de personas y los arrogantes de corta memoria que olvidan lo que un día prometieron, durante la lectura del Sermón de las Siete Palabras.
Durante la lectura de la Primera Palabra titulada “Padre, perdónalos que no saben lo que hace”, el padre Julio Cordero preguntó al Todopoderoso si se puede pedir perdón por quienes hieren, roban y quitan la vida a sus semejantes, y por aquellos que usurpan las riquezas del país, especulan con los precios y juegan con la comida de los desposeídos.
Preguntó también, si se debe perdonar a los que trafican con las personas, hieren la dignidad de mujeres y niños, cobran sueldos sin trabajar, los arrogantes, y los que corrompen la mente y la integridad de los jóvenes con drogas, comprometiendo con ello el futuro de sus vidas y la Patria..
“¿Podemos pedir perdón por desarmados que trafican con la justicia y por aquellos que se ríen de las leyes?, dime Señor, ¿podemos pedir perdón por todas esta gente que sí sabe muy bien lo que hace?, ya sabemos tu respuesta, hay que perdonar siempre, pero también hay que convenir en que el perdón no excluye la justicia”, dijo al padre Cordero.
Aunque Jesús pide “Padre, perdónalos que no saben lo que hace”, recordó que perdonar no significa minimizar, negar ni ignorar el mal que se ha hecho. “El corazón de quien ha sido agraviado puede y debe hacer el intento de olvidar pero ese no es precisamente el rol de la Justicia”, indicó.
El mal hecho a la persona y la sociedad, dijo, debe ser corregido por la sociedad porque de lo contrario se estaría alimentando la violencia, el odio y el sentido de venganza, “así pues, si bien es urgente educar para el perdón, también lo es educar para la Justicia, el respeto y la dignidad de la persona”.
Mientras, al comentar la Segunda Palabra: De cierto te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso, el padre Antonio Lluberes, de la Compañía de Jesús y director nacional de las escuelas Fe y Alegría, indicó que esto no es más que una invitación a pasar de lo malo a lo bueno, de la incertidumbre a la certeza, de la angustia a la paz y de la tristeza a la alegría.
“Pero que más nos puede decir a nosotros esta palabra, que Jesús tiene autoridad cuando dice ´te lo aseguro´, Jesús es de Dios y está con Dios, puede conocer y conoce la sinceridad del corazón del otro, sabe de lo que desagrada y agrada a su padre Dios”, señaló.
El padre Lluberes destacó que con sus palabras al ladrón crucificado a su lado “De cierto te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso”, Jesús ofrece un paraíso a aquellos que actúan y hacen el bien, afirmando que el bien recompensa, da mérito y reconocimientos, gratifica no solo a los ojos de Dios, sino también a los ojos de los hombres.
Aunque Jesús pide “Padre, perdónalos que no saben lo que hace”, recordó que perdonar no significa minimizar, negar ni ignorar el mal que se ha hecho. “El corazón de quien ha sido agraviado puede y debe hacer el intento de olvidar pero ese no es precisamente el rol de la Justicia”, indicó.
El mal hecho a la persona y la sociedad, dijo, debe ser corregido por la sociedad porque de lo contrario se estaría alimentando la violencia, el odio y el sentido de venganza, “así pues, si bien es urgente educar para el perdón, también lo es educar para la Justicia, el respeto y la dignidad de la persona”.
Mientras, al comentar la Segunda Palabra: De cierto te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso, el padre Antonio Lluberes, de la Compañía de Jesús y director nacional de las escuelas Fe y Alegría, indicó que esto no es más que una invitación a pasar de lo malo a lo bueno, de la incertidumbre a la certeza, de la angustia a la paz y de la tristeza a la alegría.
“Pero que más nos puede decir a nosotros esta palabra, que Jesús tiene autoridad cuando dice ´te lo aseguro´, Jesús es de Dios y está con Dios, puede conocer y conoce la sinceridad del corazón del otro, sabe de lo que desagrada y agrada a su padre Dios”, señaló.
El padre Lluberes destacó que con sus palabras al ladrón crucificado a su lado “De cierto te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso”, Jesús ofrece un paraíso a aquellos que actúan y hacen el bien, afirmando que el bien recompensa, da mérito y reconocimientos, gratifica no solo a los ojos de Dios, sino también a los ojos de los hombres.
En la quinta palabra “Tengo sed”, a cargo del sacerdote Bienvenido Colom, de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, de Villa Juana, la iglesia abordó la sed de justicia que tienen las personas que se sienten explotadas, abusadas e impotentes por remediar su situación.
“Tienen sed de que se les haga justicia, sed de paz y armonía en un mundo que se torna cada vez más agresivo y que parece deshumanizarse y amenaza con imperar la ley del mas fuerte”, exclamó el religioso.
Agregó que la sociedad está llena de personas con sed de comprensión y bienestar; de poder vivir dignamente como Dios manda y de que se les respete sus derechos y se le reconozca su dignidad.
Pero también el padre cuestionó otros tipos de personas que tiene la sociedad dominicana, que son aquellas que tienen sed de poder y dominar a los demás, al igual que una sed insaciable de dinero.
0 comentarios:
Publicar un comentario